La carta que jamás leerás mamá

Querida Amiga, mi mejor amiga sin duda, siempre demostrándomelo dia a dia desde una madrugada fria de diciembre donde te conoci y pude ver por primera vez a esa mujer tan maravillosa que mi dio la vida, eso has sido y lo serás siempre para mí, mi Amiga, mi Madre, mi confidente, mi complice en todo siempre, con nuestros secretos que jamás nadie ha sabido guardar como lo haces tu siempre.

Ya desde pequeño me consentias – jajajja – comprándome el animalito que se me antojaba, que iguales somos, tanto amor siempre por los animales, y aún los sigues amando, no hay nada más que ver como estás más pendiente de si come o está bien tu perrito, sin preocuparte o dejando a un lado lo que te pasa. Ya en la adolescencia mientras otros criticaban mis amistades, tú todo lo contrario, siempre apoyándome en todo, en mis decisiones y como siempre, siempre era a ti a quien recurría para todo.

¿Y ahora? ¿Qué va a ser de nuestra buena y larga amistad cuando te marches? Es todo tan raro que a veces pienso ¿qué es lo que me he perdido? ¿por qué corre tan rapido el tiempo cuando no debe y por qué no corre cuando debería hacerlo?

Mamá, me da mucha tristeza el que tengas que irte y más de la manera en que te vas, con dolor, ignorante de lo que es evidente, y yo aquí fingiéndome a mí mismo la cruel realidad. Me gustaria tanto seguir siempre contándote mis cosas…..pero tranquila que así va a seguir siendo mientras yo viva.

Jamás hubiera imaginado que un lazo tan grande se transformase en tantísimo dolor, un dolor que a veces parece matar. Siempre he estado (y estoy) muy orgulloso de tí al igual que se que tu lo estás de mi siempre, cuando íbamos por el pueblo, tan orgullosa de su hijo gay, sin importarte en decirlo a los cuatro vientos si alguien te preguntaba, son tantas cosas las que me vienen en mente que me faltaria tiempo en la vida. Que trasto he sido jajajajajajjaj pero tú me lo consentias todo, bueno, algun escobazo también me llevaba, merecido claro esta.

Me quedo sin mi mejor y más grande amiga, mi MADRE, la única persona que me ha entendido siempre, comprendido, ayudado, apoyado y como no, querido como tu sangre que soy.

Te quiero mucho Mamá, y esto no va a cambiar en nada lo que te quiero, sabes que siempre te voy a querer por mucho que quiera resignarme a que te vayas y me dejes, pero siempre estaremos juntos, aquí ahora y donde sea, pero lo estaremos.

Gracias por haber hecho de mi lo que soy y el dia que decidas marchar no va a ser con un “adios”, sino con un “hasta pronto”.

Tu hijo Javier…

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